Los okupas se apoderan de un edificio junto a la residencia veraniega de los Reyes: el Palacio de Marivent

Los okupas campan a sus anchas en Palma en un edificio degradado próximo al Palacio de Marivent, a poco más de cien metros de la residencia estival de la Familia Real en el barrio palmesano de Cala Major. Un número indeterminado de personas sin techo ha tomado un edificio abandonado en un avanzado estado de degradación que se ha convertido en uno de los principales puntos negros de esta costera y turística barriada palmesana.

Es un bloque de viviendas en ruinas sin puertas ni ventanas, repleto de pintadas vandálicas y con los balcones de lo que fueron sus viviendas apuntalados que está situado frente a un reputado establecimiento hotelero de la zona que tiene que soportar este panorama desolador frente a su cuidado inmueble, ante la pasividad de las autoridades locales que no hacen nada para dar respuesta a esta negra postal veraniega de esta zona de poniente de la capital balear.

Mientras los empresarios turísticos se afanan y hacen millonarias inversiones en una apuesta decidida por el turismo de calidad en sus hoteles e instalaciones, las coaliciones de gobierno en Palma y principales administraciones de Baleares, de socialistas, independentistas de Més y Podemos, no están a la altura y permiten que en zonas turísticas como esta la inseguridad y el vandalismo extiendan sus redes sin ofrecer respuesta alguna.

Ni el inicio de las vacaciones de la Familia Real en el Palacio de Marivent, a escasos metros de este inmueble abandonado a su suerte y tomado por okupas ha provocado reacción alguna por parte del Ayuntamiento de Palma ni de la responsable del área de Urbanismo y Modelo de Ciudad de Més per Mallorca, la edil independentista Neus Truyol.

La máxima responsable de este departamento no sólo no actúa ante este fenómeno sino que participa activamente en la campaña de befa y mofa que en redes sociales está llevando a cabo su partido contra la presencia de los Reyes en Palma.

Un edificio en máximo estado de degradación con más de sesenta años en sus pilares y que es materialmente imposible que haya pasado y obtenido el obligatorio Informe de Evaluación de Edificios (IEE) dado que está en ruinas.

Pasará un nuevo verano y así seguirá, con un gobierno municipal como el de Palma volcado en los anuncios a bombo y plantillo y en la propaganda de proyectos que no se ejecutan nunca y que quedan en el titular del día.

Es el caso del anunciado paseo peatonal de conexión entre Porto Pi, Cala Major y Sant Agustí anunciado a finales de la pasada legislatura, incluido en el Plan Litoral de Ponent, que ha quedado en el olvido y del que nadie tan siquiera se acuerda.

Un barrio como el de Cala Major, con bloques de viviendas procedentes de reconversiones hoteleras construidos hace más de seis décadas, en el que el actual equipo de gobierno que encabeza el alcalde socialista, José Hila, descartó la puesta en marcha de un más que imprescindible plan de reforma integral para canalizar las inversiones a la zona.

Un nuevo planeamiento urbanístico para esponjar edificaciones y reordenar este espacio turístico, que se ha postergado desde hace más de una década y que así continuará, para desesperación de residentes, turistas y empresarios de la zona.